martes, 9 de febrero de 2010

Sobre herramientas y estrategias y autoridades y motivaciónes y...

Hoy hemos empezado la clase de Matemáticas repasando y corrigiendo los deberes. Eran pocos. Un par de ejercicios del libro para repasar lo explicado el día anterior. Típico y tópico. Nada innovador, lo sé y me lo apunto. Pero es que los deberes son necesarios no solo para reforzar y repasar contenidos, sino también para crear responsabilidades. Pero esto es otro tema que mejor dejar para otro día menos lluvioso. 

Solo han sido un par de niños o tres los que no los traían hecho. La pregunta era inminente, casi automática:

-Y tú, ¿por qué no has hecho los deberes? -digo con mi cara rebuscada.
- Porque no quise maestro. - Me dice sonriendo inocente.

Ahí es cuando buscas en tu maleta las herramientas que posees para actuar. Bueno, buscas y rebuscas, haces tiempo, pones caras, teatralizas, dramatizas, etc., porque casi no encuentras nada. Mejor dicho, no encuentras nada no, no encuentras nada útil o eficaz. Que encontrar encuentras muchas cosas. Además, para más inri, el daño ya está hecho. Ya el resto de la clase ha escuchado que su compañero no ha hecho los deberes porque no ha querido, porque prefería estar haciendo otra cosa, porque no-le-ha-dado-la-gana.

A ver, repasemos juntos, ¿qué podemos hacer?:
- Lo dejamos sin recreo (¡ah, no que eso no está permitido por ley!).
- Bueno, entonces lo pongo mirando a la pared. (¡jeje... no no que sería una actitud discriminatoria para con él!).
- Vale, si esas tenemos, le digo que copie 500 veces tengo que hacer los deberes.
- O mejor, le riño con la cara de mayor enfado que encuentro.
- No no, llamo a su mamá / papá o le pongo una notita en la agenda para que su familia sepa que no ha hecho los deberes porque no ha querido... (¡psss... no se lo digas a nadie pero me da que ya lo saben!)

Evidentemente, ninguna de las herramientas anteriores me soluciona el problema. Evidentemente, mi misión como maestro es motivar a todo mi alumnado para que haga los deberes en casa entusiasmado, haciendo oídos sordos a los cantos de sirena de su flamante Play Station 3, o la 2, en su defecto. 

Pero cuando esto pasa, cuando te han soltado tal fresca en medio de una clase, delante del resto, ¿qué herramientas tengo como maestro?

Quizás, simplemente, sea un día mentalmente lluvioso.


Martes, 09 de febrero de 2.010

No hay comentarios:

Publicar un comentario