lunes, 12 de septiembre de 2011

¡Ay Aguirre!

Me das miedo. Tengo que confesarlo. Tengo miedo a pocas cosas. A muy pocas. Y tú me lo das. Esa sonrisa de madera permanente, esas dobleces en tus ojos, ese discurso plagado de medias verdades, esas cien mentiras repetidas (como dice Sabina en su canción) para convertirlas en verdad... No puedo esconderlo. Me das miedo.

Supongo que no engañas a nadie, con esto de las dos horas más a los profesores. Todos sabemos que es una declaración encubierta de privatización de la educación. Está claro que lo que se ahorre en la pública se lo regalarás a la privada, con un único objetivo: perpetuar, cuando no incrementar, la diferencia entre clases. Para que haya ricos, por definición, tiene que haber pobres. Y cuanto más rico sea el rico, más pobre será el pobre. La riqueza está... solo es cuestión de repartirla. ¿O acaso no es ahora, en estos momentos de crisis mundial, cuando más ha incrementado la adquisición de productos de lujo? Pues eso.

¿Y todo esto a qué viene? Pues a una reflexión que llevo tiempo haciéndome, desde que escuché que tú, señora Aguirre, querías crear la policía autonómica. Y ahora, con el recorte en educación, pues me vuelve a la cabeza. Porque lo esperaba. Porque creo que una idea complementa a la otra. Eso es la derecha de este país, en mi opinión. Represión. Libertad, educación, cuanto menos, mejor. A ver si yo me explico: si un país necesita crear más policía es, indiscutiblemente, porque la educación tanto en minúscula como en mayúscula, no está obteniendo los resultados que debiera. La educación en minúsculas cuando nos referimos a lo mamado en el seno familiar, complementado en la escuelas y por otros agentes educativos (entiéndase medios de comunicación, familias, comunidad... sociedad, en definitiva), que dan un bagaje para ser y estar en las diferentes situaciones y momentos que nos presenta la vida. Y Educación en mayúsculas cuando hacemos referencia al Sistema Educativo español, en el que se intentan preparar cabezas pensantes, críticas, con opinión, argumentos, ideas, iniciativa, creatividad... cabezas reflexivas capaces de llegar al sumun del aprendizaje: el meta-aprendizaje, el aprender a aprender. Y aquí el fracaso es inapelable, indiscutible. Porque un sistema mal encarado no puede si no tener unos resultados, cuando menos, y con calificación benevolente, insuficientes. Nuestro actual Sistema Educativo crea, en el mejor de los casos, tanto en la pública como en la privada, papagayos, vomitadores de información.

Pues eso, decía que si un país necesita más policía, la educación no está dando la talla. La función principal de la policía es mantener el orden. Si es necesario mantener el orden, es porque no hay orden, hay desorden. Y el desorden solo existe si somos incívicos, insolidarios... si nuestra sociedad está enferma, si el individualismo está por delante del grupo. El desorden solo existe si nuestros niños de 8 años quieren ser Messi, Cristiano Ronaldo o Hanna Montana. Y así, la pescadilla se queda sin cola de tanto mordérsela. Y cuanto menos educación, más policía. Y cuanto más gasto en policía menos invierto en educación. Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, al respecto, hace una reflexión muy interesante: "si una sociedad necesita judicializar todos sus problemas es porque esa sociedad está enferma". Y una sociedad que llena una plaza de toros porque el toro soltado tiene el cartel de haber matado a tres personas, es una sociedad enferma, ¿no creen? Porque una sociedad en la que Telecinco tiene el éxito que tiene es una sociedad enferma, ¿no les parece?

Y como te veo mal asesorada, señora Aguirre, pues yo, en mi labor altruista del día, quería abrirte esos ojitos llenos de esquinas (y espinas) que tienes. Y quería decirte que intentando penalizar la Educación y potenciando la represión en tu Comunidad simplemente estás admitiendo tu incapacidad como gobernante, como líder, como esa persona que debe trabajar en pos de mejorar la vida de todos y cada uno de los ciudadanos para los que gobierna (¿o solo lo haces para unos cuantos?). Estás admitiendo tus limitaciones como esa persona que debe (¿o es tiene que?) intentar que los pobres sean menos pobres porque los ricos son menos ricos. Te recuerdo que un político no debe ser más que el gestor justo de los recursos que posee una comunidad.

Aguirre de mis entretelas, no sé si me da más miedo lo que dices o lo que callas. No sé si temerte más cuando ríes o cuando te muestras impasible. 

Un último consejo: ten cuidado con el  sentido del siguiente paso..  a tu derecha ya no queda nada.

Y lo peor está por llegar.
Lunes 12 de septiembre de 2.011