martes, 21 de abril de 2015

DEP Compañero

Somos una empresa. Así nos tratan. Y vosotros, familias y alumnos, los clientes. No descubro nada.

La educación está mercantilizada, cada vez vive más cerca de la empresa. Y como tal, tiene que haber rendimiento económico, tiene que llegar al final de cada año con superávit.


Porque la Educación es entendida desde hace tiempo como un gasto, no como una inversión.

Súmale a esto, además, el enfoque partidario, partidista y parcial que cada gobierno concreto ha otorgado a este asunto, más centrado en compra de votos (portátiles, Religión en la Escuela, por ejemplo) que en un enfoque centrado en el desarrollo del ser humano.

Todo demasiado complicado de explicar y demasiado sencillo de entender. ¿Interesa? ¿Interesa una sociedad libre de pensamiento, crítica, formada? Todos nos creemos así: libres, críticos, formados. Pero no lo somos. Somos producto de nuestra teledirigida experiencia. ¿Cómo seríamos entonces habiéndonos criado rodeados de otras experiencias no interesadas, no manejadas? Evidentemente, no lo sabemos. Y esta imposible comparación es la gran aliada de los desalmados.

Y así, la Educación como gasto (que estorba) para crear hombres alienados (en las concepción más psicoanalítica posible) y alineados (en su concepción más geométrica), y la necesidad imperiosa de los partidos políticos de rebuscar (comprar) votos en el contenedor de la peor basura, nos encontramos con situaciones tan explicables como rechazables, repugnantes.

Los docentes llevamos tiempo denunciando la violencia escolar, reclamando que se tomen medidas a corto, medio y largo plazo, que de veras se dirijan a la raíz del problema. Y por el contrario, ajenos a todo, se suben ratios, se deshumanizan las clases, se carga de burocracia innecesaria en la era digital a los Equipos Docente, de Ciclo, Directivos, etc.; se sube la carga lectiva, se presiona con informes competitivos entre países, comunidades, ciudades, localidades, incluso centros.   

¿Y lo peor? Las soluciones que empiezan a lanzarse, cual globo sonda, como les gusta a nuestros políticos (con los votos en la balanza): bajar edades de responsabilidades penales, controles de armas en Institutos, la Autoridad Pública del docente, etc. ¡Qué penita da todo!

No busquen responsabilidades ni culpas en Institutos, ni  colegios. Pregunten primero a señores con corbatas. A aquellos que juegan y jugaron con el futuro de nuestros adolescentes. Aquellos que rescatan bancos, que privatizan servicios, que venden los paisajes costeros a amiguetes, a aquellos capaces de vender el futuro de un niño si llega una buena oferta. Y de lo que os digan, creed en lo contrario. Ahí estarán las respuestas.

Lanzo una apuesta: me quedan unos 30 años de trabajo si todo va por el camino normal. Estoy completamente seguro que no me retiraré sin ver pupitres publicitados... patrocinados por alguna que otra gran marca. Al tiempo.


Un día difícil.
Martes 21 de enero de 2015