jueves, 25 de febrero de 2010

Generación NI-NI (2ª parte)

El lunes, zapeando, volví a dar con el programa de La Sexta, generación NI-NI. No lo había visto antes porque huyo de los programas de este tipo (ya sabes, Grandes Hermanos, Operaciones Triunfales, Selvas, Casas de la Vida y otros grandes estudios sociológicos -así nos lo querían vender en aquel ya lejano primer Gran Hermano, ¿no?). 

Pues eso, que zapeando di con este programa y me quedé un rato (había terminado CSI Miami y no quería ver otro caso más del zanahorio). Y me gustó. Resultó ser un progrma muy alejado de la carnaza que en otros de este estilo habituamos a ver. Por si alguien no lo ha visto ni sabe nada de él: es una casa en la que conviven una serie de adolescentes a punto de dejar de serlo, que ni tienen ni han tenido normas y/o hábitos sociales en su vida. Son, por decirlo de algún modo, inadaptados. Niños que han hecho siempre lo que han querido y ahora se ven como adultos (o casi adultos), con más problemas que soluciones y con un futuro incierto. En esa casa, hay dos psicólogos que ponen las pautas de conducta semanales. Cada semana trabajan un valor y mediante reforzamiento conductual y con algunas técnicas constructivistas intentan que estos chavales aprendan a respetar/se (en el más amplio sentido de la palabra). Como en todo, los resultados no son del todo buenos ni del todo malos; algunos chavales van entrando por "verea" y otros aún siguen con su lucha interna. 

Pero lo que de verdad me llamó la atención fue que los psicólogos (por cierto, un diez para ellos, me encantaron) eran una mujer y un negro. "No quieres arroz, po toma dos tazas". Adolescentes conflictivos, disruptivos, inadaptados, cumpliendo normas dictadas por un negro y por una mujer. 

En la tele, no cabe la improvisación. 


Maestro Lolo.
Generación ESTRA
Jueves, 25 de febrero de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

Sobre herramientas y estrategias y autoridades y motivaciónes y...

Hoy hemos empezado la clase de Matemáticas repasando y corrigiendo los deberes. Eran pocos. Un par de ejercicios del libro para repasar lo explicado el día anterior. Típico y tópico. Nada innovador, lo sé y me lo apunto. Pero es que los deberes son necesarios no solo para reforzar y repasar contenidos, sino también para crear responsabilidades. Pero esto es otro tema que mejor dejar para otro día menos lluvioso. 

Solo han sido un par de niños o tres los que no los traían hecho. La pregunta era inminente, casi automática:

-Y tú, ¿por qué no has hecho los deberes? -digo con mi cara rebuscada.
- Porque no quise maestro. - Me dice sonriendo inocente.

Ahí es cuando buscas en tu maleta las herramientas que posees para actuar. Bueno, buscas y rebuscas, haces tiempo, pones caras, teatralizas, dramatizas, etc., porque casi no encuentras nada. Mejor dicho, no encuentras nada no, no encuentras nada útil o eficaz. Que encontrar encuentras muchas cosas. Además, para más inri, el daño ya está hecho. Ya el resto de la clase ha escuchado que su compañero no ha hecho los deberes porque no ha querido, porque prefería estar haciendo otra cosa, porque no-le-ha-dado-la-gana.

A ver, repasemos juntos, ¿qué podemos hacer?:
- Lo dejamos sin recreo (¡ah, no que eso no está permitido por ley!).
- Bueno, entonces lo pongo mirando a la pared. (¡jeje... no no que sería una actitud discriminatoria para con él!).
- Vale, si esas tenemos, le digo que copie 500 veces tengo que hacer los deberes.
- O mejor, le riño con la cara de mayor enfado que encuentro.
- No no, llamo a su mamá / papá o le pongo una notita en la agenda para que su familia sepa que no ha hecho los deberes porque no ha querido... (¡psss... no se lo digas a nadie pero me da que ya lo saben!)

Evidentemente, ninguna de las herramientas anteriores me soluciona el problema. Evidentemente, mi misión como maestro es motivar a todo mi alumnado para que haga los deberes en casa entusiasmado, haciendo oídos sordos a los cantos de sirena de su flamante Play Station 3, o la 2, en su defecto. 

Pero cuando esto pasa, cuando te han soltado tal fresca en medio de una clase, delante del resto, ¿qué herramientas tengo como maestro?

Quizás, simplemente, sea un día mentalmente lluvioso.


Martes, 09 de febrero de 2.010

lunes, 1 de febrero de 2010

Hablemos de entornos.

El otro día estuvimos jugando a un juego en clase. Si me pongo en plan pedante, os comentaría que no era un juego, sino una actividad ludica con el objetivo de ampiliar el vocabulario y estructurar el pensamiento, es decir, ayudar al alumnado a establecer categorías de palabras. Pero casi que prefiero no ponerme para no cumplir aquello de "psicopedagogo no seas pedante, que con ser psicopedagogo tienes bastante..."

La actividad consistía en lo siguiente: todos en coro sentados y una pelota. El maestro empieza diciendo: "De la Habana ha venido un barco cargado de..." y entonces elegimos la categoría de palabras que queramos trabajar. Por ejemplo:"De la Habana ha venido un barco cargado de sentimientos". En ese momento lanzo la pelota a algún alumno y el que la recibe debe decir un sentimiento y pasa la pelota. Así seguimos hasta que alguno tarda más de la cuenta, dice alguna palabra errónea o dice algo repetido. Ese queda eliminado y empezamos el juego con otra categoría de palabras... herramientas, sabores, colores, frutas, etc.

Pues a lo que iba. Empezamos el juego. Hablamos de niños y niñas de 3º, aproximadamente 9 años. Cogí la pelota y solté la retahila: "De la Habana ha venido un barco cargado de líquidos" y lancé la pelota a uno de los niños de la clase. Este la recepcionó y dijo: "Barceló".

Creo que aquí hay tema para varios posts, ¿no te parece?

Lunes 1 de febrero de 2010